Custom Pet, snacks naturales para perros

Dos graduados de la Universidad se asociaron para producir y distribuir colaciones (“snacks”) naturales para perros.

“Siempre he tenido la inquietud de comunicar a Colombia con el mundo”, dice Julián Redondo, graduado de Administración de Negocios Internacionales y gerente general de Custom Pet, una empresa dedicada a la producción y distribución de colaciones (snacks) naturales para perros. Cuando terminó su carrera, descubrió su pasión por el comercio exterior y se dio cuenta de que su deseo era tener un negocio propio. Para lograrlo, debía iniciar un plan.

De la misma forma pensaba Juan Sebastián Ochoa, también graduado de ese programa académico y gerente comercial de Custom Pet. Él demostró gran interés por el emprendimiento desde que cursó su etapa escolar, cuando les vendía a sus compañeros diferentes productos para reunir algo de dinero que le permitiera correr con sus gastos. Desde entonces, escuchaba a su mamá insistirle en que lo mejor para su futuro era emprender.

Con esa motivación, este par de compañeros graduados se unieron y emprendieron un viaje a los Estados Unidos, con la idea de empezar a trabajar y buscar alguna opción que les permitiera iniciar su negocio. Confi aban en que, en ese país, por las dimensiones de su economía, encontrarían mayores probabilidades de éxito y con mayores beneficios.

En ese momento, Juan Pablo Peñaranda, primo de Julián, veterinario y actual socio de Custom Pet, sugirió considerar la venta de un producto de comida para perros que estaba siendo exportado a los Estados Unidos. Al cabo de un tiempo, surgió un comprador interesado. De una reunión con ese primer cliente, se dio la idea de inspirarse en ese producto para crear uno nuevo. “En ese momento, el cliente nos dij o que exploráramos la posibilidad de cambiarle algunas características, como el olor. Ahí entendimos que, si lo íbamos a intentar, debíamos meternos hasta el punto de producir y controlar la calidad. Así empezaron varios meses en los que nos dedicamos a aprender sobre este negocio”, cuenta Julián.

Debido a sus perfiles profesionales, ninguno de los tres socios tenía conocimiento acerca de cuál era el proceso de producción que debía surtirse para obtener los snacks. Por eso, empezaron de cero: visitaron plantas de producción, leyeron documentos hasta el cansancio, se asesoraron de expertos, tomaron riesgos y aprendieron de sus errores. Volvieron a Colombia con la idea de instalar su primera planta de producción en Fusagasugá y dedicaron todo el año 2015 a trabajar en su producto e iniciar las ventas en los Estados Unidos.

“Todos los días, el reto era lograr que las cosas pasaran y superar una a una las barreras que se presentaran”, cuenta Julián, quien recuerda todas las difi cultades para cargar su primera exportación en alguna aerolínea, por la desconfi anza que les generaba la compañía al ser muy nueva. Después de insistirles mucho a diferentes agencias de carga, encontraron una que les creyó. “Hicimos el curso completico: nosotros mismos llevábamos y descargábamos la mercancía en el aeropuerto, fi rmábamos los documentos y acompañábamos todo el proceso hasta que la carga se iba”, recuerda el graduado.

Con humor y agradecimiento, cuentan que el aprendizaje de esos primeros años de Custom Pet se debió, en parte, a la paciencia de sus propios clientes. “Esta industria está llena de personas buenas. Nos hemos encontrado con gente que ha decidido irnos enseñando qué esperan y qué necesitan de nosotros como proveedores y han aceptado nuestro proceso. El papel que hemos cumplido ha sido el de poner todo de parte nuestra para crecer”, cuenta Julián.

Sin duda, eso es algo que han logrado con creces. Hoy su equipo está compuesto por 120 personas, cuentan con una planta de producción de 3.000 metros cuadrados en la Zona Franca y, en ella, funciona la operación de dos marcas. Por un lado, por medio Custom Pet, venden sus productos al por mayor a distribuidoras en los Estados Unidos. “Nos encargamos de todo el desarrollo con los clientes. Tenemos más de 200 referencias de producto y, además de la variedad, para ellos genera valor que Colombia esté cerca de ese país, lo que hace que las cargas lleguen rápido. También les interesa que la mano de obra aquí sea más económica que allá”, explica Juan Sebastián.

Por otro lado, cuentan con Three Pets, una marca de snacks naturales para perros presente en Colombia, que está buscando llegar a otros mercados de Latinoamérica. Hoy, venden este producto por tres canales: almacenes de cadena, tiendas en línea y tiendas especializadas para mascotas.

Con sus dos marcas, los graduados ofrecen un estilo de vida sostenible para los perros y los hogares que los acogen, lo cual implica el uso de productos naturales. “Nos dimos cuenta de que ellos acaban siendo como un miembro más de las familias y que, por tanto, el producto debe tener una calidad que no solo benefi cie su salud, sino la de las personas que lo rodean”, explica Julián.

El evidenciar la evolución que ha tenido su empresa a lo largo de estos ocho años, significa para los graduados: “Es un primer logro que nos enorgullece y que nos prepara para enfrentar otros mil retos”, dice Juan Sebastián. Para ambos graduados, un elemento valioso para asumir esos desafíos ha sido la capacidad que adquirieron en su paso por la Universidad para relacionarse con otros, lo cual ha favorecido el crecimiento de su negocio. Al respecto, Julián dice: “La formación integral que recibimos permite construir relaciones de valor. Nuestra promesa a los clientes es que ellos saben que tratan con personas buenas, lo cual le aporta una diferencia a nuestras marcas. Eso es algo que viene de La Sabana”.

A eso, se suma haber cursado el Programa de Desarrollo Directivo del INALDE Business School. “Nos ha permitido preguntarnos cómo hacer las cosas mejor cada día. Hemos podido validar y desvirtuar muchos de nuestros aprendizajes empíricos como emprendedores y elevar la profesionalización de lo que hacemos”, concluye Julián.