‘Cinético’, un emprendimiento para el bienestar de los pacientes de fisiatría
Alejandra Gutiérrez, graduada de la Especialización en Medicina Física y Rehabilitación, fundó la única clínica en Neiva en donde se fusionan la atención médica y la terapéutica.
Alejandra Gutiérrez Achury, especialista en Medicina Física y Rehabilitación de la Universidad de La Sabana, lidera Cinético, la única clínica en Neiva (Huila) en donde se fusionan la atención médica y la terapéutica. Para ella, el mayor valor que genera este emprendimiento que tiene junto a su esposo, quien es pediatra, es que le apuesta a ver al paciente de forma integral para aportar soluciones que no solo impacten su salud física, sino también la psicológica.
“Cuando uno está realmente convencido de que quiere algo, puede lograrlo. Recuerdo que, en mi proceso de admisión para ingresar a La Sabana, me pidieron escribir mi proyecto de vida, y yo incluí crear un centro de rehabilitación. Finalmente lo hice aquí, en Neiva, hace cuatro años”, cuenta.
Alejandra Gutiérrez empezó a trabajar en ese proyecto tan pronto se graduó de su especialización. El mismo día en el que obtuvo el título de posgrado, viajó de regreso a su ciudad natal, en donde —para esa época— solo había tres fisiatras.
Después de pasar consultas particulares por un tiempo, le apostó a crear una clínica que abordara diferentes especialidades. “Como parte del sello Sabana que llevo conmigo, tuve la inquietud de ofrecer un servicio integral en mi clínica. No quería que fuese solamente la consulta, sino tener la oportunidad de ofrecer la parte de rehabilitación: terapia física, terapia ocupacional y salud mental”, dice. Fue así como nació Cinético, en noviembre de 2019, pocos meses antes del inicio de la pandemia.
Actualmente, ocho profesionales de la salud, entre fi - siatras, reumatólogos, ortopedistas y terapeutas, ofrecen consulta en su clínica de manera particular. Para la atención, se han preocupado por incorporar sistemas de alta tecnología, como ecógrafos y equipos de radiofrecuencia, para el manejo del dolor. Tanto su personal como sus recursos físicos hacen realidad lo que, para Alejandra, es el valor diferencial de la clínica: poder ver al ser humano de forma integral. “Algo que se aprende en La Sabana es que deben intervenir varios especialistas para lograr un objetivo. Por ejemplo, nosotros vemos a pacientes con dolor crónico, pero este va más allá de un síntoma físico. Podemos reconocer todos los factores de salud mental, de tristeza, estrés, ansiedad y preocupación, que inciden sobre esa percepción de dolor”, señala la graduada y continúa: “Nosotros, desde la parte médica, podemos hacer hasta un punto, pero necesitamos de otras especialidades para poder complementar esos servicios”.
La mayor satisfacción para Alejandra está en poder contribuir a cambiar en sus pacientes la forma en la que ven el dolor, así como apoyar a sus familias para que no perciban su condición de salud como algo catastrófi co. “Algo que me aportó la Especialización es que transforma la visión de sus estudiantes sobre el estado de salud de una persona que solía tener una condición de vida activa y que, por algún suceso, deja de tenerla. Se da uno cuenta de que la rehabilitación ayuda a que tanto el paciente como su familia vean que esas condiciones físicas, aunque los acompañan, no defi nen quiénes son”, expresa Alejandra.
Un nuevo inicio
En 2020, Cinético vivió uno de los momentos más difíciles desde que se constituyó como clínica. Durante la pandemia, la fi siatría no era una de las áreas de servicio médico vital y, por tanto, el centro debió cerrar sus puertas por varios meses mientras se superaba la emergencia sanitaria. Esa experiencia le sirvió a Alejandra para aprender a ser más fl exible, una competencia que considera indispensable para cualquier emprendedor. “Creo que hacer empresa es de las cosas que más retan al ser humano, pero eso se ve retribuido en la gratitud que expresan nuestros pacientes y nuestro personal”, reflexiona.
Esa flexibilidad se puso a prueba una vez más cuando Cinético replanteó el foco de sus servicios en los últimos años. Aunque mantiene una cobertura para todos los públicos, ha hecho una apuesta especial por la atención de mujeres y sus familias. Por un lado, el esposo de Alejandra ofrece, a través de la clínica, asesoría de lactancia para las madres. En cuanto la graduada tuvo su primer bebé, sintió la inquietud de cursar un diplomado en salud pélvica de la mujer, de donde surgió uno de los servicios más demandados de ese centro en la actualidad: la rehabilitación integral del piso pélvico.
“A las mujeres siempre nos han dicho que es normal que, por cuenta de los cambios que se experimentan tras un embarazo, tengamos incontinencia y dolores después del parto, pero eso no es así”, explica la especialista. “Es ahí cuando nos damos cuenta de que las terapias cambian la vida de las personas, cuando se sienten mejor en su día a día. Todos esos pequeños logros en nuestros pacientes son los que me reafi rman la vocación”, concluye.