BePelican, una joya escondida

Conoce desde la trayectoria de Diana Bejarano, graduada del programa de Comunicación Social y Periodismo, quien a través del turismo comunitario en BePelican busca generar impacto y trabajar en pro de la sociedad.

Conoce desde la trayectoria de Diana Bejarano, graduada del programa de Comunicación Social y Periodismo, quien a través del turismo comunitario en BePelican busca generar impacto y trabajar en pro de la sociedad. 

La desnutrición, la pobreza y la indiferencia fueron los detonantes para que Diana impulsara su vocación hacía la esperanza para muchas personas y comunidades. Su pasión por el servicio fue la inspiración para elegir su camino, así fue como inició su pregrado en el programa de Comunicación Social y Periodismo, en el cual fue becada de principio a fin. La Diana de hoy es una Diana totalmente distinta a la de hace unos meses, la misma mujer que vivía su día a día en una oficina arriesgó todo por seguir su corazón y sus sueños, de allí nace el proyecto BePelican.

BePelican es una plataforma digital que busca visibilizar emprendimientos sociales a través del turismo, se encargan de conectar a comunidades vulnerables con turistas que tienen el anhelo de conocer y explorar dichas zonas del país. En un intercambio de conocimientos, experiencias y emprendimientos tanto turistas como habitantes locales logran hacer una experiencia de viaje inolvidable. Así nace “turismo de transformación”, lo denominaron así ya que no sólo transforma a la persona que vive la experiencia sino que impacta la vida de personas que lo necesitan, tal como expresó Diana: “El turismo se ha convertido en esa arma de transformación y para nosotros nuestro escudo, no solamente son paisajes, también, son historias y son personas”.

¿De dónde nace BePelican?

“El pelícano es el ave capaz de transformar el agua salada en agua dulce, y eso es lo que buscamos hacer, transformar esos problemas de las comunidades en oportunidades”, comenta Diana. Los pelícanos siempre se movilizan en bandada, a lo que refiere a ser comunidades que los una un mismo propósito. Su pasión se la debe a la satisfacción de ver rostros, ver cambio, ver desarrollo, sentir esperanza. Así mismo, validar que existe una necesidad y que ellos desde BePelican pueden ser esa solución real. 

¿Cómo inició está travesía?

El 12 de enero del 2023 Diana empacó su vida en una maleta y tuvo su primer viaje que, sin saber, definiría el futuro de BePelican. Enfrentarse a apoyar las necesidades de La Guajira, marcaría un antes y un después en su vida. Iniciaría un proyecto que, junto a su equipo, tenía claro que daría luz al tema de turismo en un departamento donde la desnutrición es muy evidente. Según el Instituto Nacional de Salud, La Guajira es la región con más casos de muertes por desnutrición infantil del país, con 39 casos en 2023. Estando en la zona central de Riohacha se presentaron retos, tropiezos pero era la oportunidad perfecta para dar el siguiente paso. Diana, viajó por zonas alejadas, se enfrentó a la ausencia falta y necesidad de servicios básicos como la energía o el agua potable, también, tuvo que enfrentar la barrera del idioma de algunas comunidades indigenas. 

Un sentimiento bastante fuerte fue vivir de cerca la desnutrición, “cuando ves la cara de un niño y ves cómo en sus ojos se refleja el dolor o cuando sabes que es altamente probable que pasarán r que van a pasar a desnutrición severa;, eso lo más duro que he vivido”, añade Diana. Si todos conocieran la realidad habría más empatía por el otro, sería el mundo que vale la pena construir. 

El trabajo social le ha inspirado a transformar y cambiar vidas, así fue como logró en con Rebeca Rabillo, directora del banco de alimentos, ser un eje transversal convirtiendo el tema del turismo en un programa llamado “”programa rutas”. Se hizo el lanzamiento oficial y se vió reflejado el resultado en la creación de paquetes para vivir experiencias como: tejer mochilas, conocer culturas, la molienda, el baile de la yonna, el significado de pintarse el rostro o el wayuunaiki, “cada comunidad ofrecerá algo diferente, es como una montaña rusa que te lleva de lo alto a lo bajo y te vuelve a subir”, expresa la graduada. 

Diana, considera como su misión la de llevar esperanza y ser una tejedora de sueños. “Para mí esto no es un trabajo, es un modo de vida. Ellos confían en nosotros y saben que lo que estamos haciendo es un faro en medio de la oscuridad”.

En la actualidad, BePelican está trabajando en diferentes proyectos en zonas de Bogotá como La Candelaria, La Perseverancia y Las Cruces; está ciudad está proyectada a reactivar el turismo de esos barrios populares que han sido marginados. En Boyacá, se encuentra activo un proyecto de convertir esta ciudad en una potencia de turismo e impulsar la economía. Y en la Guajira, su más grande apuesta, han logrado visibilizar y comercializar valiosas iniciativas. El turismo de transformación es una joya que apenas está siendo descubiertAsimismo, han logrado apoyar a más de 12 comunidades en la actualidad, donde brindar bienestar y educación entre otros es el principal objetivo para Diana, más importante que dar a conocer el producto es fortalecerlo como comunidad. 

Como meta a corto plazo, Diana espera llegar a más emprendedores y construir un gran tejido social en Colombia. A mediano plazo, desea ir a Perú, conocer este lugar que es un referente muy fuerte en temas de turismo comunitario, descubrir iniciativas y nunca dejar de aprender. De cara al futuro aspira que BePelican pueda ser un emprendimiento alusivo al cambio y la verdadera transformación en la vida de las personas que han sido vulneradas.

Con optimismo y mucha energía, Diana revela que gracias a la Universidad de La Sabana hoy en día cuenta con las bases necesarias para cumplir con una de sus principales satisfacciones: Aportar que las personas puedan ser mejores cada día. 

“La Universidad nunca termina de formarte para el camino que es la vida, pero, La Sabana me dio las bases necesarias para llegar donde estoy hoy”, afirma con convicción Diana. Gracias a su proyecto, ha obtenido la aprobación para llevar a cabo una práctica social, y ahora lidera a seis practicantes universitarios, a quienes se dispone a impartir conocimientos aplicables en su vida profesional y personal.

“Trabajar con comunidades es un sueño y lo estoy viviendo. Siempre digo, las personas que nos dedicamos a esto estábamos en la misma tela y fuimos cortadas por la misma tijera”. 

-Diana Bejarano